viernes, 25 de marzo de 2011

TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO


El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en el DSM IV como la existencia de una o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas personalidades deben tomar control del comportamiento del individuo de forma rutinaria, y asociadas también con un grado de pérdida de memoria más allá de la falta de memoria normal. A esta pérdida de memoria se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser diagnosticado, los síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de substancias o una condición médica general (inducción).
Estudios entre profesionales de la salud demuestran un amplio escepticismo contra la idea de que este diagnóstico representa en sí un desorden mental en vez de un delirio con base cultural o iatrogénica.
El trastorno de identidad disociativo fue llamado en un comienzo trastorno de personalidad múltiple, como referencia a esto, el nombre se mantiene en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud. Aunque el trastorno lleva por nombre trastorno de identidad disociativo, este no está relacionado de ninguna manera con la esquizofrenia. Aunque el término de "personalidad dividida", es un término ampliamente asociado con la esquizofrenia, este no es un término aceptado por profesionales en relación con la identidad disociativa.

Causas

El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
·         El estrés insoportable, como el haber sufrido abusos físicos o psicológicos durante la niñez.
·         Una habilidad para separar los propios recuerdos, percepciones o identidades del conocimiento consciente (capacidad disociativa).
·         Antes de tener una visión unificada del yo y de los otros se puede consolidar sólidamente un desarrollo anormal.
·         Mucha protección y atención durante la niñez.
El desarrollo humano requiere que los niños sean capaces de integrar complicados y diferentes tipos de información y experiencias. A medida que los niños aprenden a forjarse una identidad cohesionada y compleja, pasan por fases en las cuales se mantienen separadas diferentes percepciones y emociones. Pueden usar estas diferentes percepciones para generar diferentes yo, pero no todos los niños que sufren abusos, pérdidas o traumas importantes, resultan desarrollando múltiples personalidades. Los que sí tienen esta capacidad también tienen formas normales de resolver sus problemas, y, en general, estos niños vulnerables están lo suficientemente protegidos y tranquilizados por los adultos como para que no se desarrolle un trastorno de identidad disociativo.

Síntomas

Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.
El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.
Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativa:
·         Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
·         Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
·         Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
·         Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
·         Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).
Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.
Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los demás.


El tema de trastorno de identidad disociativo se pude llegar a asociar con las alteraciones de la personalidad

 TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Tal como lo define el capítulo 16 del DSM-IV-TR , "un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto".
La clasificación de este tipo de trastornos que hacen tanto el DSM-IV como la CIE-10 parte de una perspectiva categorial, cuyo antecedente se encuentra en el modelo clásico de Kurt Schneider, en el sentido de considerar "los trastornos de la personalidad como entidades patológicas individuales y delimitadas entre sí". Es decir, cada trastorno constituye una categoría diagnóstica y se sustenta en alteraciones específicas.
El DSM-IV define los rasgos de personalidad como "patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales". El trastorno de la personalidad se da cuando estos rasgos, que son egosintónicos (es decir, la persona se siente bien como es, o en todo caso percibe su sufrimiento emocional como algo inevitable, sin relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y comportarse), se hacen inflexibles y desadaptativos (hacia el final de la adolescencia se consolidan de forma permanente y estable), y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.
"Un hecho fundamental diferencia al paciente con trastorno de personalidad del paciente neurótico: los síntomas de este último son autoplásticos, es decir, repercuten en su propio perjuicio y sufrimiento, y son por ello experimentados como egodistónicos. Los síntomas del trastorno de la personalidad son aloplásticos, esto es, repercuten en los demás y son plenamente aceptados por el ego del paciente. La sintomatología neurótica se asemeja a una china en el zapato del paciente (lo sufre él mismo y nadie lo nota); la sintomatología de la personalidad anómala es como el aliento con olor a ajos (solamente lo sufre el observador)."
En el DSM-IV, se distinguen diez tipos de trastornos de personalidad, reunidos en tres grupos, por las similitudes de sus características:

A. Raros o excéntricos:
  • paranoide (desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva)
  • esquizoide (dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica)
  • esquizotípico (anormalidades de la percepción, del pensamiento, del lenguaje y de la conducta, que no llegan a reunir los criterios para la esquizofrenia)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ej. sospecha), expresión (por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento) anormales.

B. Dramáticos, emotivos o inestables:
  • antisocial (conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los demás, se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta)
  • límite (inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta interpersonal)
  • histriónico (conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación)
  • narcisista (sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, explotación interpersonal)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ej. comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con frecuencia acting-out (exteriorización de sus rasgos), llevando a rabietas, comportamiento auto-abusivo y arranques de rabia.

C. Ansiosos o temerosos:
  • evitativo (hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza; retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima)
  • dependiente (pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias, subordinación e incapacidad para valerse solo, falta de confianza en sí mismo)
  • obsesivo-compulsivo (perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento; dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.

Además de estos diez trastornos, el DSM-IV-TR propone otras dos categorías diagnósticas para su posible inclusión en futuras revisiones: el trastorno depresivo de la personalidad y el trastorno pasivo-agresivo (negativista) de la personalidad.
Los criterios provisionales propuestos son:

Criterios de investigación para el trastorno depresivo de la personalidad
A. Patrón permanente de comportamientos y funciones cognoscitivos depresivos que se inicia al principio de la edad adulta y se refleja en una amplia variedad de contextos y que se caracteriza por cinco (o más) de los siguientes síntomas:
1. el estado de ánimo habitual está presidido por sentimientos de abatimiento, tristeza, desánimo, desilusión e infelicidad
2. la concepción que el sujeto tiene de sí mismo se centra principalmente en sentimientos de impotencia, inutilidad y baja autoestima
3. se critica, se acusa o se autodescalifica
4. cavila y tiende a preocuparse por todo
5. critica, juzga y lleva la contraria a los otros
6. se muestra pesimista
7. tiende a sentirse culpable o arrepentido
B. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de episodios depresivos mayores y no se explican mejor por la presencia de un trastorno distímico.

Criterios de investigación para el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad
A. Patrón permanente de actitudes de oposición y respuestas pasivas ante las demandas que exigen un rendimiento adecuado, que se inicia a principios de la edad adulta y se refleja en una gran variedad de contextos, y que se caracteriza por cuatro (o más) de los siguientes síntomas:
1. resistencia pasiva a rendir en la rutina social y en las tareas laborales
2. quejas de incomprensión y de ser despreciado por los demás
3. hostilidad y facilidad para discutir
4. crítica y desprecio irracionales por la autoridad
5. muestras de envidia y resentimiento hacia los compañeros aparentemente más afortunados que él
6. quejas abiertas o exageradas por su mala suerte
7. alternancia de amenazas hostiles y arrepentimiento
B. El patrón comportamental no aparece exclusivamente en el transcurso de episodios mayores y no se explica mejor por la presencia de un trastorno distímico.

Diagnóstico diferencial
El DSM-IV advierte de que "muchos de los criterios específicos para los trastornos de la personalidad describen características (p. ej., suspicacia, dependencia, insensibilidad) que también son típicas de los episodios de los trastornos mentales del Eje I". Por ello, para diagnosticar un trastorno de personalidad se debe cumplir que:
  • las características definitorias aparezcan antes del comienzo de la edad adulta
  • sean típicas del funcionamiento a largo plazo del sujeto, y
  • no aparezcan exclusivamente durante un episodio de un trastorno del Eje I.
Al mismo tiempo, señala la dificultad y tal vez la inutilidad de distinguir entre los trastornos de personalidad y otros trastornos del Eje I (p. ej., el trastorno distímico) cuando estos tienen un inicio temprano y un curso crónico y relativamente estable.
Respecto a los trastornos psicóticos, "hay un criterio de exclusión que señala que el patrón de comportamiento no debe haber aparecido exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico". Si el trastorno de personalidad precede a un trastorno psicótico crónico del Eje I (p. ej., esquizofrenia), debe registrarse también en el Eje II, seguido entre paréntesis por "premórbido".
En el transcurso de un episodio de un trastorno del estado de ánimo o de un trastorno de ansiedad, al presentarse características sintomáticas transversales que se asemejan a los rasgos de personalidad, el clínico debe ser prudente en el diagnóstico de un trastorno de la personalidad por resultar difícil evaluar retrospectivamente los patrones de funcionamiento del sujeto a largo plazo.
Igualmente, hay que considerar el diagnóstico de un trastorno por estrés postraumático, si los cambios de personalidad surgen y persisten después de que el sujeto haya estado expuesto a un estrés extremo, descartando el trastorno de personalidad.
Si los comportamientos son consecuencia de la intoxicación por el consumo o la abstinencia de sustancias, o están relacionados con las actividades destinadas a mantener la dependencia (p. ej., comportamiento antisocial), debe diagnosticarse un trastorno relacionado con sustancias, y evaluarse si se cumplen también los criterios de un trastorno de la personalidad (relativos al comienzo, curso y características).
Cuando los cambios persistentes de la personalidad son consecuencia de los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica (p. ej., tumor cerebral), hay que tener en cuenta el diagnóstico de un cambio de personalidad debido a enfermedad médica
Por último, "los trastornos de la personalidad deben distinguirse de los rasgos de personalidad que no alcanzan el umbral para un trastorno de la personalidad". Sólo en el caso de que dichos rasgos sean inflexibles, desadaptativos y persistentes, y ocasionen un deterioro funcional o un malestar subjetivo significativos, se diagnostican como trastornos de la personalidad.








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TRASTORNO DE IDENTIDAD DISOCIATIVO


El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en el DSM IV como la existencia de una o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas personalidades deben tomar control del comportamiento del individuo de forma rutinaria, y asociadas también con un grado de pérdida de memoria más allá de la falta de memoria normal. A esta pérdida de memoria se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser diagnosticado, los síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de substancias o una condición médica general (inducción).
Estudios entre profesionales de la salud demuestran un amplio escepticismo contra la idea de que este diagnóstico representa en sí un desorden mental en vez de un delirio con base cultural o iatrogénica.
El trastorno de identidad disociativo fue llamado en un comienzo trastorno de personalidad múltiple, como referencia a esto, el nombre se mantiene en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud. Aunque el trastorno lleva por nombre trastorno de identidad disociativo, este no está relacionado de ninguna manera con la esquizofrenia. Aunque el término de "personalidad dividida", es un término ampliamente asociado con la esquizofrenia, este no es un término aceptado por profesionales en relación con la identidad disociativa.

Causas

El trastorno de identidad disociativo parece estar causado por la interacción de varios factores:
·         El estrés insoportable, como el haber sufrido abusos físicos o psicológicos durante la niñez.
·         Una habilidad para separar los propios recuerdos, percepciones o identidades del conocimiento consciente (capacidad disociativa).
·         Antes de tener una visión unificada del yo y de los otros se puede consolidar sólidamente un desarrollo anormal.
·         Mucha protección y atención durante la niñez.
El desarrollo humano requiere que los niños sean capaces de integrar complicados y diferentes tipos de información y experiencias. A medida que los niños aprenden a forjarse una identidad cohesionada y compleja, pasan por fases en las cuales se mantienen separadas diferentes percepciones y emociones. Pueden usar estas diferentes percepciones para generar diferentes yo, pero no todos los niños que sufren abusos, pérdidas o traumas importantes, resultan desarrollando múltiples personalidades. Los que sí tienen esta capacidad también tienen formas normales de resolver sus problemas, y, en general, estos niños vulnerables están lo suficientemente protegidos y tranquilizados por los adultos como para que no se desarrolle un trastorno de identidad disociativo.

Síntomas

Las personas con un trastorno de identidad disociativo pueden experimentar a menudo un cuadro de síntomas que pueden parecerse a los de otros trastornos psiquiátricos. Los síntomas pueden ser similares a los de la ansiedad, de las alteraciones de la personalidad, de la esquizofrenia y de los trastornos afectivos o de la epilepsia. La mayoría de las personas sufre síntomas de depresión, ansiedad (dificultad para respirar, pulso acelerado, palpitaciones), fobias, ataques de pánico, alteraciones del apetito, estrés postraumático y síntomas que simulan los de las enfermedades físicas. Pueden estar preocupadas por el suicidio y son frecuentes los intentos, así como los episodios de automutilación. Muchas personas con trastorno de identidad disociativo abusan del alcohol o de las drogas en algún momento de su vida.
El cambio de personalidades y la ausencia de consciencia del propio comportamiento en las otras personalidades hacen a menudo caótica la vida de una persona con este trastorno. Como las personalidades con frecuencia interactúan entre ellas, la persona dice oír conversaciones internas y las voces de otras personalidades. Esto es un tipo de alucinaciones.
Hay varios signos característicos del trastorno de la personalidad disociativa:
·         Síntomas diferentes que ocurren en distintos momentos.
·         Una capacidad fluctuante para asumir sus funciones, desde la eficacia en el trabajo y en la casa hasta la inhabilidad.
·         Intensos dolores de cabeza y otros síntomas físicos.
·         Distorsiones y errores en el tiempo y amnesia.
·         Despersonalización y desrealización (sentimiento de estar separado de uno mismo y experimentar su medio como irreal).
Las personas con un trastorno de identidad disociativo frecuentemente oyen hablar a otros de lo que ellas han hecho pero que no recuerdan. Otras pueden mencionar cambios en su comportamiento que ellas tampoco recuerdan. Pueden descubrir objetos, productos o manuscritos con los que no contaban o que no reconocen. A menudo se refieren a sí mismas como “nosotros”, “él” o “ella”. Mientras que, en general, las personas no pueden recordar mucho acerca de sus primeros cinco años de vida, la persona con un trastorno de identidad disociativo no recuerda tampoco lo ocurrido entre sus 6 y 11 años.
Las personas con un trastorno de identidad disociativo tienen típicamente una historia de tres o más diagnósticos psiquiátricos previos diferentes y que no han respondido al tratamiento. Estas personas están muy preocupadas por temas de control, tanto el autocontrol como el control de los demás.


El tema de trastorno de identidad disociativo se pude llegar a asociar con las alteraciones de la personalidad

 TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

Tal como lo define el capítulo 16 del DSM-IV-TR , "un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicios para el sujeto".
La clasificación de este tipo de trastornos que hacen tanto el DSM-IV como la CIE-10 parte de una perspectiva categorial, cuyo antecedente se encuentra en el modelo clásico de Kurt Schneider, en el sentido de considerar "los trastornos de la personalidad como entidades patológicas individuales y delimitadas entre sí". Es decir, cada trastorno constituye una categoría diagnóstica y se sustenta en alteraciones específicas.
El DSM-IV define los rasgos de personalidad como "patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales". El trastorno de la personalidad se da cuando estos rasgos, que son egosintónicos (es decir, la persona se siente bien como es, o en todo caso percibe su sufrimiento emocional como algo inevitable, sin relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y comportarse), se hacen inflexibles y desadaptativos (hacia el final de la adolescencia se consolidan de forma permanente y estable), y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.
"Un hecho fundamental diferencia al paciente con trastorno de personalidad del paciente neurótico: los síntomas de este último son autoplásticos, es decir, repercuten en su propio perjuicio y sufrimiento, y son por ello experimentados como egodistónicos. Los síntomas del trastorno de la personalidad son aloplásticos, esto es, repercuten en los demás y son plenamente aceptados por el ego del paciente. La sintomatología neurótica se asemeja a una china en el zapato del paciente (lo sufre él mismo y nadie lo nota); la sintomatología de la personalidad anómala es como el aliento con olor a ajos (solamente lo sufre el observador)."
En el DSM-IV, se distinguen diez tipos de trastornos de personalidad, reunidos en tres grupos, por las similitudes de sus características:

A. Raros o excéntricos:
  • paranoide (desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción afectiva)
  • esquizoide (dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica)
  • esquizotípico (anormalidades de la percepción, del pensamiento, del lenguaje y de la conducta, que no llegan a reunir los criterios para la esquizofrenia)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón penetrante de cognición (por ej. sospecha), expresión (por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento) anormales.

B. Dramáticos, emotivos o inestables:
  • antisocial (conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los demás, se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta)
  • límite (inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta interpersonal)
  • histriónico (conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la manipulación)
  • narcisista (sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad exhibicionista de atención y admiración, explotación interpersonal)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ej. comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad. Presenta con frecuencia acting-out (exteriorización de sus rasgos), llevando a rabietas, comportamiento auto-abusivo y arranques de rabia.

C. Ansiosos o temerosos:
  • evitativo (hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza; retraimiento social a pesar del deseo de afecto, y baja autoestima)
  • dependiente (pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias, subordinación e incapacidad para valerse solo, falta de confianza en sí mismo)
  • obsesivo-compulsivo (perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento; dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas)
Descripción: http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/Images/triangle.jpg Este grupo se caracteriza por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.

Además de estos diez trastornos, el DSM-IV-TR propone otras dos categorías diagnósticas para su posible inclusión en futuras revisiones: el trastorno depresivo de la personalidad y el trastorno pasivo-agresivo (negativista) de la personalidad.
Los criterios provisionales propuestos son:

Criterios de investigación para el trastorno depresivo de la personalidad
A. Patrón permanente de comportamientos y funciones cognoscitivos depresivos que se inicia al principio de la edad adulta y se refleja en una amplia variedad de contextos y que se caracteriza por cinco (o más) de los siguientes síntomas:
1. el estado de ánimo habitual está presidido por sentimientos de abatimiento, tristeza, desánimo, desilusión e infelicidad
2. la concepción que el sujeto tiene de sí mismo se centra principalmente en sentimientos de impotencia, inutilidad y baja autoestima
3. se critica, se acusa o se autodescalifica
4. cavila y tiende a preocuparse por todo
5. critica, juzga y lleva la contraria a los otros
6. se muestra pesimista
7. tiende a sentirse culpable o arrepentido
B. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de episodios depresivos mayores y no se explican mejor por la presencia de un trastorno distímico.

Criterios de investigación para el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad
A. Patrón permanente de actitudes de oposición y respuestas pasivas ante las demandas que exigen un rendimiento adecuado, que se inicia a principios de la edad adulta y se refleja en una gran variedad de contextos, y que se caracteriza por cuatro (o más) de los siguientes síntomas:
1. resistencia pasiva a rendir en la rutina social y en las tareas laborales
2. quejas de incomprensión y de ser despreciado por los demás
3. hostilidad y facilidad para discutir
4. crítica y desprecio irracionales por la autoridad
5. muestras de envidia y resentimiento hacia los compañeros aparentemente más afortunados que él
6. quejas abiertas o exageradas por su mala suerte
7. alternancia de amenazas hostiles y arrepentimiento
B. El patrón comportamental no aparece exclusivamente en el transcurso de episodios mayores y no se explica mejor por la presencia de un trastorno distímico.

Diagnóstico diferencial
El DSM-IV advierte de que "muchos de los criterios específicos para los trastornos de la personalidad describen características (p. ej., suspicacia, dependencia, insensibilidad) que también son típicas de los episodios de los trastornos mentales del Eje I". Por ello, para diagnosticar un trastorno de personalidad se debe cumplir que:
  • las características definitorias aparezcan antes del comienzo de la edad adulta
  • sean típicas del funcionamiento a largo plazo del sujeto, y
  • no aparezcan exclusivamente durante un episodio de un trastorno del Eje I.
Al mismo tiempo, señala la dificultad y tal vez la inutilidad de distinguir entre los trastornos de personalidad y otros trastornos del Eje I (p. ej., el trastorno distímico) cuando estos tienen un inicio temprano y un curso crónico y relativamente estable.
Respecto a los trastornos psicóticos, "hay un criterio de exclusión que señala que el patrón de comportamiento no debe haber aparecido exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico". Si el trastorno de personalidad precede a un trastorno psicótico crónico del Eje I (p. ej., esquizofrenia), debe registrarse también en el Eje II, seguido entre paréntesis por "premórbido".
En el transcurso de un episodio de un trastorno del estado de ánimo o de un trastorno de ansiedad, al presentarse características sintomáticas transversales que se asemejan a los rasgos de personalidad, el clínico debe ser prudente en el diagnóstico de un trastorno de la personalidad por resultar difícil evaluar retrospectivamente los patrones de funcionamiento del sujeto a largo plazo.
Igualmente, hay que considerar el diagnóstico de un trastorno por estrés postraumático, si los cambios de personalidad surgen y persisten después de que el sujeto haya estado expuesto a un estrés extremo, descartando el trastorno de personalidad.
Si los comportamientos son consecuencia de la intoxicación por el consumo o la abstinencia de sustancias, o están relacionados con las actividades destinadas a mantener la dependencia (p. ej., comportamiento antisocial), debe diagnosticarse un trastorno relacionado con sustancias, y evaluarse si se cumplen también los criterios de un trastorno de la personalidad (relativos al comienzo, curso y características).
Cuando los cambios persistentes de la personalidad son consecuencia de los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica (p. ej., tumor cerebral), hay que tener en cuenta el diagnóstico de un cambio de personalidad debido a enfermedad médica
Por último, "los trastornos de la personalidad deben distinguirse de los rasgos de personalidad que no alcanzan el umbral para un trastorno de la personalidad". Sólo en el caso de que dichos rasgos sean inflexibles, desadaptativos y persistentes, y ocasionen un deterioro funcional o un malestar subjetivo significativos, se diagnostican como trastornos de la personalidad.

viernes, 11 de marzo de 2011

Neurosis

Principios de neurología de Adams y Víctor: Neurología y trastornos de la personalidad.
Esperaba encontrar en esta fuente más información acerca de cómo se presenta esta enfermedad en el ambiente social, sus pros y sus contras; además de, tal vez un poco más de documentación sobre ésta.
Encontré en este texto información importante acerca de la enfermedad, descripciones, junto con la mayoría de sus causas y respuestas al entorno, aunque está un poco desactualizado para el año en que estamos.
Fue de gran utilidad la información encontrada, ya que me dió a conocer los aspectos fundamentales de la enfermedad, además de gran información de interés.
Pero más que ampliar los conocimientos acerca de ella, aumentan las preguntas  por resolver.



Neurosis
Una enfermedad que afecta a gran número de personas, provocando ansiedad y sufrimiento a quienes la padecen.
En este artículo esperaba hallar información más concreta acerca de las causas médicas más estables de la enfermedad, pero no se encuentran fácilmente, al parecer esta enfermedad no ha podido ser desentrañada por la mente humana, pese a los estudios que se han hecho sobre ella.
Pero, aun así encontré buena información acerca de su sintomatología y sus manifestaciones en el individuo.
La información encontrada en este medio me ha brindado una gran visión de lo que representa la neurosis, y como se desarrolla a nivel psicológico








- Allan H. Ropper y Robert H. Brown.  Principios de neurología, de Adams y Víctor: Neurosis y trastornos de la personalidad. Octava edición. Bogotá: McGraw-Hill, 2007. 1381p.
- esmas.com. Neurosis, Una enfermedad que afecta a gran número de personas, provocando ansiedad y sufrimiento a quienes la padecen. [en línea]. http://www.esmas.com/salud/enfermedades/mentales/503313.html citado el 10 de marzo  2011.

sábado, 5 de marzo de 2011

Enfermedades Mentales

SÍNTESIS 

Las enfermedades mentales se entienden como fallas o alteraciones a niveles cognitivos, las cuales son consideras anormales en el medio social. Estas enfermedades también son conocidas por ser, hasta el momento incurables; algunas de ellas son:
-Demencia
-Depresión
-Esquizofrenia
-Neurosis
-Psicosis
-Trastornos bipolares
Entre otras.




LA LUCHA CONTRA LA ESQUIZOFRENIA

Las investigaciones han revelado enormes complejidades de la condición psiquiátrica, sino también nuevas rutas hacia el diagnóstico y tratamiento.
Algunas personas escuchan voces que son los únicos productos de los procesos en el cerebro. Estas alucinaciones pueden dar lugar a ideas delirantes persistentes que alguien está conspirando contra ellos o instándolos a dañar a otros.
La violencia no es un síntoma de la esquizofrenia – sólo una pequeña proporción de los pacientes con la enfermedad son homicidas. Sin embargo, estos incidentes dominan la cobertura mediática de la enfermedad. La realidad de la esquizofrenia es mucho más compleja. Las alucinaciones son uno de varios síntomas, otros de los cuales – la disfunción cognitiva, pérdida de motivación y de compromiso social – son mucho menos susceptibles a la medicación, y son a menudo más perjudiciales para la capacidad de las personas con esquizofrenia para funcionar. En los últimos años se ha incrementado cada vez más esta colección de síntomas, que habitualmente se indicará que primero se manifiesta plenamente en la adultez temprana, representa una etapa tardía de la enfermedad, y que la enfermedad en sí tal vez puede llegar a ser un conjunto de síndromes, en lugar de una sola condición.
Motivados por el estigma indebido y por los recientes avances reportados en nuestras páginas y en otros lugares, Revista Nature examina esta semana el estado de nuestra comprensión de la esquizofrenia,
Y cómo los investigadores pueden aspirar a avanzar en un paisaje enredados de influencias innatas y ambientales
La imagen de la portada de esta edición y en el logotipo que enlaza el contenido está asociada a una obra de arte para un enfermo de esquizofrenia. Es uno de los tantos compilados por NARSAD, una organización benéfica con sede en EE.UU., en Nueva York que invierte importantes donaciones públicas en la investigación psiquiátrica. La imagen refleja un mundo de confusión y distorsiona la realidad -, pero no una “doble personalidad”, que es un síntoma de la condición mítica, y conduce a un metafórico uso engañoso de la ‘la palabra’ esquizofrenia que las personas involucradas con la condición perpetua buscan erradicar.
A nivel mundial, en algún lugar entre el 0,5% y 1% de la población experimentará la esquizofrenia en su vida. No es la condición psiquiátrica más frecuente – la depresión clínica, también conocida como trastorno unipolar, es la más común. Pero los análisis realizados por la Organización Mundial de la Salud y otros muestran que tiene un costo social desproporcionado. Por otra parte, debido al alto perfil de trágicos pocos-episodios, es probablemente la enfermedad psiquiátrica con más estigma – un estigma que es persistente, como los que han luchado se han descubierto una y otra vez.
En algunas sociedades, la esquizofrenia no es reconocida como una enfermedad – la respuesta a sus síntomas pueden ser muy dependientes de la cultura, al igual que el grado de apoyo que las víctimas reciben. Donde se reconoce y el tratamiento dado, plantea algunos de los mayores retos en la atención médica. Las drogas que tratan los síntomas delirantes han existido por décadas, y han ayudado a muchas víctimas enormemente. Sin embargo, estos fármacos no han avanzado en eficacia, y varios fabricantes han respaldado este campo .Las terapias conductuales cognitivas también han avanzado, pero sufren de una falta de investigación coherente y una debida prioridad .En la actual ronda de desarrollo de diagnósticos clínicos de la enfermedad, la definición misma de la esquizofrenia es objeto de debate.
Uno de los retos clave para el diagnóstico científico es distinguir las fases tempranas de esta condición, utilizando todos los medios, de comportamiento cognitivos y análisis biológicos a nuestra disposición. Como con la mayoría de las enfermedades, cuanto antes este el diagnóstico, mayor será la capacidad de mitigar el impacto de la enfermedad o derrotarla. Investigaciones recientes indican que puede ser posible diagnosticar ‘en riesgo’ una condición en las fases más tempranas de la esquizofrenia – por ese motivo, así como los demás, los estudios sobre el desarrollo del cerebro y el comportamiento de los adolescentes se han convertido en una vía de investigación fundamental .De manera más general, los estudios de la morfología del cerebro y los circuitos , de las formas en que la influencia genética y ambiental interactúa ,están listos para hacer progresos sustantivos.
Estamos en una década en que la ciencia fundamental y la investigación clínica y social puede tener un impacto enorme sobre la salud mental .Los que sufren de esquizofrenia, las familias y colegas que también se ven afectados por la enfermedad, dependen en su investigación para ofrecer nuevos diagnósticos y tratamientos. El rápido progreso en la ciencia es de enormes proporciones en las complejidades que se ha revelado. Sin embargo, está dando mucha esperanza para los que sufren y nuevos caminos para los investigadores a seguir.

-  La lucha contra la esquizofrenia
-  José Luis Pereyra

 PEREYRA, José Luis. La lucha contra la esquizofrenia. En : Revista InfoTigre
[en línea]. Noviembre, 2010.


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-¿Por qué se da la esquizofrenia en la etapa adultez? ¿y por qué no se da en la niñez?
-¿por qué no se ha podido desarrollar un medicamento más eficaz?
-¿Desde el punto de vista científico, por qué se dan las alucinaciones auditivas?